Hasta el día miércoles 12 de agosto, la cifra de contagios confirmados por el nuevo coronavirus en la Ciudad de México es de 82 mil 510 de acuerdo a datos oficiales, de los cuales 15 mil 496 son sospechosos (esperan resultados) y 3 mil 687 son casos activos (han tenido síntomas durante los últimos catorce días).¿Cómo podemos dimensionar gráficamente esta realidad? Consideremos que la capacidad de asientos del Estadio Azteca es de 87 mil.El número de casos confirmados equivaldría casi al 95 por ciento de la capacidad de asientos de dicho inmueble; por otro lado, el número de asientos en la Basílica de Guadalupe es de 10 mil.Los casos sospechosos equivaldrían al 150 por ciento de la capacidad de asientos del inmueble (Basílica y media, en palabras coloquiales, llena); mientras que los casos activos, equivaldrían a poco más de diez trenes del "metro" al 100 por ciento de su capacidad de asientos.Terminando este recuento, el número de defunciones en la Ciudad de México es de 9 mil 472, lo que equivaldría al 94.72 por ciento de la capacidad de asientos del Auditorio Nacional, que es de 10 mil.
Alcaldías como Iztapalapa, Gustavo A.Madero y Tlalpan se han convertido en el epicentro de la pandemia en el Corazón del País, las cuales suman la cantidad de 29 mil 742 de todos los casos confirmados.Al top de las alcaldías más afectadas se suma álvaro Obregón, Xochimilco y Azcapotzalco, con una cifra de 16 mil 384 resultados positivos.Así pues, el número de infectados que suman estas seis alcaldías, arroja un global parcial de 46 mil 126 casos confirmados, cifra que constituye el 57 por ciento de todos los casos confirmados de covid-19 en la CDMX hasta el reporte mencionado al inicio de este artículo.
¿Cuál podría ser el factor común de estos resultados? Evidentemente la opinión al respecto es variada.Se habla de corresponsabilidad entre ciudadanía y autoridades, factor indiscutible al respecto-; Sin embargo, es notable que ambas partes no se encuentran haciendo lo pertinente.Es notable la conducta "despreocupada" de un sector considerable de la ciudadanía al no portar el cubrebocas y saliendo a las calles, pero en el mismo sentido hemos visto a autoridades de alto nivel no hacer hincapié en el manejo de estas medidas.Frases como: "El cubrebocas no es necesario" o bien "Utilizaré cubrebocas cuando se acabe la corrupción" tienen influencia en el sector social históricamente más rezagado cultural, intelectual y económicamente, mismo al que pertenece, sí, la gran mayoría de los capitalinos, quienes no cuentan con la más mínima condición económica para llevar a cabo, inicialmente, el confinamiento y posterior des confinamiento, garantizando así la salud de los ciudadanos mismos que, movidos por su necesidad, se han visto asediados por las adversidades económicas y deben salir a trabajar e, incluso en días pasados (martes 11 de agosto, específicamente) en alcaldías como álvaro Obregón los pobladores no tuvieron más opción que cerrar algunas vialidades para exigir que se dejara de ignorar peticiones sentidas desde el principio de la pandemia, como la falta de apoyo alimentario.
Solo en una situación así, las autoridades han dejado de ningunear e ignorar las solicitudes de las personas que los eligieron, para comprometerse y dar respuestas favorables a sus peticiones.La opinión pública debe comprender que la salvaguardia de las vidas y de la salud debería ser tomada por los mandatarios como un deber fundamental en su función, y que la corresponsabilidad ante la pandemia generada por covid-19 no se entiende por parte de las autoridades al hacer oídos sordos a múltiples voces que denuncian las necesidades sentidas que tiene la gente de las colonias populares más pobres y más alejadas no sólo en el ámbito económico, sino en el propio de la salud, pues se sabe que el número de pruebas de detección realizadas no ha estado al mismo nivel que en otros países en los que se ha podido controlar el fenómeno y en los que se afirma que el factor de la detección y confinamiento de los portadores ya que muchos son asintomáticos- ha sido una pieza clave al afrontar la epidemia.
Es un hecho, por lo tanto, que el factor de la falta de civilidad o de conciencia no es el causal del terrible número de afectados por esta nueva enfermedad; la cuestión es síntoma de una enfermedad aún más grave: La falta de compromiso social de sus gobernantes.Enfermedad que se da en el marco de una cólera colectiva que culminó con las elecciones del 2018, en las que el voto popular buscaba castigar a los viejos regímenes, pero que claramente salió contraproducente y agravó las dolencias sociales críticamente.Morena está abismalmente lejos de ser "la regeneración nacional", y vemos en los hechos las palabras que aquí escribo.Terminar el confinamiento el 29 de junio no fue una estrategia segura para la salud, y basar el cambio de semáforo epidemiológico en el número de camas ocupadas además de evitar procurar las condiciones económicas para poder confinarse, sin duda es dejar a la suerte de cada quién su vida y la de su familia, totalmente lo contrario a la responsabilidad que asumieron simultáneamente con su cargo público.
Urge atacar de raíz este terrible mal.Y la raíz, la "célula madre" del problema es la célula política misma que ha emanado a quienes hoy por hoy se perfilan como los peores funcionarios no solo de la Ciudad Capital ahí tenemos que las alcaldías más afectadas por la pandemia son gobernadas por Morena sino de todo el país Cuauhtémoc Blanco, Cuitláhuac García y Miguel Barbosa, de Morelos, Veracruz y Puebla, respectivamente- lista de la cual por su indolencia, por su trato humillante al desalojar y destruir viviendas en plena pandemia a familias como las de Tempiluli, además de negar infinidad de servicios, también se encuentra la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Estamos en el umbral de esa oportunidad.Nuevamente se llama con urgencia a crear un bloque opositor amplio contra Morena para 2021, para asegurar curules que verdaderamente eviten la debacle a la que este gobierno dirige al país: la inminente precariedad en sus condiciones más elementales salud, seguridad, economía y educación- sobre la misma precariedad en la que ya se vivía.El boleto para evitar la degeneración, está en nuestras manos y está en nuestras conciencias.No a la falsa "regeneración".No a la degeneración sobre la degeneración.
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